sábado, octubre 20, 2007

El sentido de escribir.

Böker
EL SENTIDO DE ESCRIBIR

Desde que atiendes a tu inspiración en forma de pensamientos hasta que lo moldeas en versos dentro de tu cabeza, se produce todo un estallido demoledor que te atrae y te repele al mismo tiempo. Este proceso puede durar minutos, horas, dias o años, incluso puede ser que nunca completes el proceso.
Esa idea que tenías entre los pliegues de tu cerebro y consigues transformar en palabras, a veces te traiciona de forma ordinaria sin ningún protocolo de aviso interno, y te conviertes en un esclavo de la gramática de la lengua que utilizas, y lees y re-lees, escribes y re-escribes, rectificas y borras y así toda una espiral que en su ojo concéntrico te revienta, te viola sin poder expresar lo que quieres.
Pero después de que la sangre derramada en el charco que pisas te inunde los sentidos no merecerá la pena sufrir, te das cuenta que no es necesario sobrecogerse a los limites impuestos. Siempre es más importante el significado que no el significante, el contenido que no el continente.
Y dirán que tu poesía no tiene musicalidad, que no tiene ritmo, que carece de sentido...etc., y tú cerrarás los ojos, apretaras los puños y afilarás tus versos aún más para cortar la vergüenza de la gente que te juzga sin conocerte, que te pone etiquetas, que te clasifica, incluso que interpreta tus versos para decir lo que ellos creen que quieres decir, cuando tú desde tu conciencia literaria jamás quisiste hacer. Habrá poemas que te masticarán hasta las entrañas, cuando tú un día te des cuenta que la poesía ha vertebrado tu vida, y que has conseguido hacer poesías a tu voluntad sin que estés confesando y justificando en cada versos lo que haces y escribes. Sólo creas una fantasía entre letras y versos que desaparece en el momento que cierras tu libreta de poemas. Qué acaso no la hacen otros artistas, los poetas no necesitamos presentarnos a cada persona que nos podría leer, no hay que examinarse cada día, eso fueron fiebres de la juventud ya pasadas.
Y llegas a pensar si merece la pena soportar tantos comentarios incomprendidos y te planteas dejar de escribir, pero entonces te das cuenta que eres capaz de hacer lo que siempre quisiste escribir para ser feliz , nada más, escribir a tu antojo. Y sigues escribiendo y escribiendo y te sientes afortunado de poder hacerlo aunque nadie te lea. Eres feliz porque haces lo que quieres, el problema se plantea cuando pretendes vivir de ello, eso ya es más grave.
Hay un peligro latente y constante cuando en momentos de ofuscación creativa decidas suicidarte literariamente y lo hagas convencido de que ellos tenían razón. Pero no hay nada más triste que suicidarse y seguir viviendo, porque seguirás escribiendo como un esclavo, como queriendo justificarte ante el mundo.
Y pasará el tiempo y crecerás y te reirás de tus crisis, te darás cuenta de lo difícil que es escribir un libro y entonces entenderás que nadie, nadie, nadie tiene derecho a perturbar tu creación aunque no vivas de ello y tan solo sea para que compres más libretas, más papel, más portátiles o más discos duros, que más da.
Tú serás feliz porque tendrás la imagninación suficiente para salir de la infección de vivir.
Sólo hay unos pocos que pueden vivir de esto al resto que nos dejen en paz y nos dejen escribir como queramos por favor, que nos dejen con nuestras fantasias y nuestra imaginacion.

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